Si dejamos algunas herencias genéticas malhadadas, las personas somos bastante semejantes en nuestra vulnerabilidad natural. Sin embargo, las condiciones de vida en las que hemos vivido y vivimos pueden incrementar esta vulnerabilidad o protegernos frente a las fuentes de vulnerabilidad. Lo correcto no es hablar de personas o colectivos vulnerables, sino de personas o colectivos vulnerabilizados.
Antonio Madrid Pérez, “El suicidio y los suicidios: ante la catástrofe”, Mientras Tanto
Hemos sido vulnerabilizados a favor del mercado financiero y de consumo. Para poder alimentar ese monstruo decidieron pagar nuestro trabajo cada vez menos hasta llegar a no pagar. Cada vez mas, aumenta la distancia entre las grandes fortunas y los que no tienen nada. El tiempo desenmascaró a aquello que se decía “el esfuerzo obtiene su recompensa”. No todos partimos del mismo punto. Por lo tanto no todos llegaremos a la meta. La pobreza no es el castigo a una vida de haraganería sino, el resultado de la gula infinita de los mercados financieros.
“Este mundo, que ofrece el banquete a todos y cierra la puerta en las narices de tantos es, al mismo tiempo, igualador y desigual: igualador en las ideas y en las costumbres que impone, y desigual en las oportunidades que brinda” E. Galeano.