Lo curioso de él [Proust] era que cuando mojaba el bizcocho en el té (asquerosa costumbre), se acordaba de todo su pasado. Bueno, yo probé a hacerlo y no produjo ningún efecto. El gusto real cuando era niña eran los Fueller’s. Supongo que con uno de ésos podría funcionar, pero hace tiempo que no existen, así que nada de recuerdos.
La reina d’Anglaterra a Una lectora nada común, d’Alan Bennett.